Las bajas temperaturas ponen en riesgo la labor de los cuerpos de auxilio

Pekín (Marcrix Noticias).- Los equipos de rescate continúan trabajando contrarreloj y en medio de una intensa ola de frío para encontrar supervivientes tras el terremoto que sacudió anoche las provincias chinas de Gansu y Qinghai (noroeste) y que ha dejado al menos 127 fallecidos y 734 heridos.

Los socorristas temen que las bajas temperaturas, de hasta -14 grados centígrados, dificulten las tareas de auxilio, según el testimonio de un rescatista citado por la revista china Newsweek, que también apunta a complicaciones para acceder a las regiones montañosas afectadas por el sismo, de magnitud 6.2, y que tuvo su epicentro en la frontera entre las dos citadas provincias.

Además de los 127 fallecidos (113 en Gansu y 14 en Qinghai) y los heridos, hay al menos 20 personas desaparecidas, según la prensa oficial, y los equipos están tratando de encontrarlos pese al temporal, utilizando drones, excavadoras y topadoras.

“Las 72 horas posteriores a un terremoto, cuando es más probable rescatar a los supervivientes, se podrían acortar por el mal tiempo, con lo que las víctimas atrapadas se enfrentan a un mayor riesgo”, indicó la agencia estatal Xinhua.

El Ejecutivo chino y el Ministerio de Gestión de Emergencias decretaron una respuesta de nivel II al siniestro, que afectó especialmente al condado de Jishisan, en Gansu, y a la ciudad de Haidong, en la vecina Qinghai, enviando médicos y material sanitario a la zona del desastre.

Asimismo, desplegaron más de 2 mil bomberos para las tareas de alivio tras el sismo, que dañó más de 150 mil casas en la zona de Jishisan, e interrumpió el suministro de agua, comunicaciones y electricidad.

También las fuerzas armadas participan en las operaciones de rescate y asistencia, para las cuales Pekín ha asignado un monto de 200 millones de yuanes (alrededor de 28 millones de dólares).

Entretanto, el presidente chino, Xi Jinping, insto este martes a las autoridades locales a que “hagan todos los esfuerzos posibles” para tratar a los heridos, reparar la infraestructura y reubicar a los afectados.

Se trata del movimiento telúrico más mortífero en China desde el sucedido en agosto de 2014 en la provincia occidental de Yunnan, que dejó 617 fallecidos, pero muy lejos del sufrido en 2008 en la provincia de Sichuan, que dejó al menos 70 mil muertos.

Con información de EFE

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