Expertos primatólogos coincidieron en que fue brutal el impacto de la sequía y la ola de calor sobre la población de monos aulladores

Tabasco (Marcrix Noticias).- La muerte masiva de monos saraguato o aulladores (Alouatta palliata), por la intensa ola de calor que azotó al sureste mexicano, ocasionó el declive del 31.2 por ciento de la población de esta especie en peligro de extinción en el estado de Tabasco.

Datos estadísticos de Conservación de la Biodiversidad del Usumacinta A.C. (COBIUS), organización de la sociedad civil que desde el 5 de junio atendió la emergencia, establecen que en total perdieron la vida 283 monos saraguato en Tabasco. Los decesos ocurrieron principalmente en los municipios de Centro, Comalcalco, Cunduacán, Jalpa de Méndez, Paraíso y Cárdenas, de una población de 907 ejemplares, por lo que solo quedan 625 monos saraguato en su hábitat natural.

Lo anterior sin contar las bajas que ocurrieron en Chiapas, más de 35; Veracruz al menos 20 y Campeche 20 ejemplares, para un gran total de 358 monos saraguato que murieron en la región, lo que contrasta con los 222 individuos que desde sus oficinas en la Ciudad de México reconoció la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat).

Al respecto, la Asociación de Zoológicos, Criaderos y Acuarios de México (AZCARM), denunció que en recorridos realizados en zonas de Tabasco, donde nadie ha investigado, expertos y pobladores que conformaron el Observatorio de Ciencia Ciudadana en Comalcalco, hallaron numerosas osamentas de monos saraguato.

“Los especialistas de la AZCARM han caminado muchos kilómetros y lamentablemente han encontrado una gran cantidad de restos de monos saraguato. Todo parece indicar que han perdido la vida muchos más ejemplares de los que se tienen contabilizados y que la muerte masiva comenzó antes del mes de mayo”, alertó Ernesto Zazueta, presidente de la AZCARM.

Expertos primatólogos coincidieron en que fue brutal el impacto de la sequía y la ola de calor sobre la población de monos aulladores, por lo que existe la imperiosa necesidad de rehabilitar a los adultos y crías huérfanas que fueron rescatadas, con el fin de que puedan regresar a su hábitat natural.

Indicaron que los pequeños monos que perdieron a sus madres requieren de un trabajo serio de aproximadamente dos años, para que puedan volver a las copas de los árboles a cumplir con su ciclo biológico.

Por Editor3

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