Con apoyo del FBI, la violencia de las drogas se redujo en Quintana Roo y Los Cabos

Ciudad de México (Marcrix Noticias).— El conflicto de taxistas y socios de Uber en Cancún, así como la balacera en el aeropuerto de Culiacán en enero pasado, han llevado a los turistas estadounidenses a preguntarse si es seguir viajar a México, de acuerdo con un reporte de The New York Times.

El influyente diario asevera que la delincuencia ha tenido cuidado en no matar a turistas, pese a los índices de violencia en ciudades del país.

Matar a turistas “puede desencadenar una persecución que puede durar años”, cuyas consecuencias pueden ser “muy disuasorias”, dice el NYT, que recoge opiniones de Eduardo Guerrero, director de la consultora en seguridad Lantia Intelligence.

Pero, señala el diario, la regla no siempre se cumple. En dos destinos populares para los turistas extranjeros —Los Cabos, en Baja California Sur, y la costa del Caribe— funcionarios locales y estatales han buscado recientemente la ayuda de Estados Unidos para enfrentarse al crimen organizado que amenaza con ahuyentar a los turistas.

“Un espasmo de violencia a fines de 2021 y principios de 2022 sacudió la industria turística a lo largo de la Riviera Maya, la franja de 80 millas de centros turísticos caribeños al sur de Cancún”, apunta el periódico.

Recuerda que dos visitantes murieron en fuego cruzado entre bandas locales en Tulum; un tiroteo en una playa de Puerto Morelos envió a los turistas corriendo a refugiarse a un hotel cercano; un sicario ingresó a un hotel de lujo en Playa del Carmen y mató a dos turistas canadienses que se cree que tienen vínculos con el crimen organizado.

Tras estos sucesos, el gobierno mexicano envió elementos de la Guardia Nacional para patrullar las playas y las autoridades de Quintana Roo pidieron al gobierno de Estados Unidos proporcionar inteligencia, incluyendo al Buró de Investigación Federal (FBI) y la Administración de Control de Drogas, de acuerdo con las declaraciones de Guerrero.

“Las autoridades locales, llenas de ingresos del turismo, invirtieron en la policía, que suele ser el eslabón más débil en la aplicación de la ley mexicana”, afirma el diario.

Y remata al señalar que esta colaboración llevó a una pausa en los tiroteos entre grupos delictivos en las zonas turísticas de Quintana Roo.

“Los expertos dicen que la venta de drogas para satisfacer la demanda extranjera ya no se realiza en las calles, aunque continúa de manera más discreta”

El éxito en reprimir la violencia por el mercado de las drogas en Quintana Roo fue similar a lo ocurrido en Los Cabos hace un par de años, cuando autoridades estadounidenses colaboraron con la policía de Baja California Sur.

“La tasa de homicidios se disparó en Los Cabos en 2017 en medio de guerras de cárteles, y aunque los turistas no fueron atacados, ese año la policía persiguió a hombres armados hasta el vestíbulo de un hotel de lujo en San José del Cabo, y una hielera con dos cabezas fue dejada en una zona turística”, recuerda el NYT.

Pierre de Hail, president de Janus Group Mexico, una compañía de manejo de riesgos con sede en Monterrey, señaló al NYT su escepticismo sobre un mejoramiento en la seguridad en México. “Hay demasiado riesgo aleatorio”, dijo al diario. “Se trata de estar en el lugar equivocado en el momento equivocado”.

El reporte del NYT, reproducido por medios de la Ciudad de México, finaliza con una serie de recomendaciones para los turistas estadounidenses con base en las advertencias de viaje del Departamento de Estado.

Quintana Roo tiene un nivel 2 de advertencia, en donde se sugiere incrementar precauciones a los visitantes.

Este nivel es igual al que Estados Unidos califica a Francia y a España, e inferior al más alto nivel de riesgo (4) que otorga a Sinaloa, a donde pide no viajar.

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