Las micro, pequeñas y medianas empresas de uniformes escolares esperan tener este ciclo escolar ventas de entre el 70 y 80 por ciento.

México, (MARCRIX Noticias).- En México hay 1,263 micro, pequeñas y medianas empresas (mypimes) en la industria de la maquila y distribución de uniformes escolares, de acuerdo a datos del Directorio Estadístico Nacional de Unidades Económicas, las cuales aún no libran la crisis que dejó la contingencia de Covid-19, aunque en este ciclo escolar ya no hay ninguna restricción, la expectativa de venta aun no llega a niveles prepandémicos.

Gema, una maquiladora y distribuidora de uniformes escolares en Iztacalco espera una venta del 70% u 80%, incluso el taller sólo trabaja al 30% porque cuenta con mucho material de ciclos pasados.

Tenemos mucho material que estamos sacando para este año, el taller está trabajando a un 30%, porque mucho ya está maquilado y la tela está intacta, entonces no estamos produciendo tanto. Anteriormente en tienda éramos 13 personas trabajando, pero hoy sólo somos cinco, esperamos contratar a dos más”, señaló Cristina Aranda, fundadora de uniformes Gema.

Otro factor a considerar por el cual las ventas de la industria no se recuperarán este año, es que un gran número de alumnos no ha regresado a estudiar debido a las diversas crisis que generó la pandemia y la deserción escolar, lo cual representa uniformes y útiles que ya no se comprarán, así lo mencionó Diego Céspedes Creixell, presidente de la Asociación Nacional de Fabricantes de Artículos Escolares y de Oficinas.

“No se recuperarán los números del 2019 debido a que a nivel de deserción fue muy fuerte, estamos hablando de que perdimos a cerca del 8 o 9% de la matrícula, casi tres millones de estudiantes de 36 que habían en México, entonces nuestro mercado está perdiendo casi 10% y la esperanza de que regresen a la escuela son nulas, y esto se recuperará cuando los bebés crezcan y volvamos a las cifras anteriores, no hay otra forma”, indicó Céspedes.

Inflación

El aumento de los precios debido a la situación económica que generó la pandemia y la crisis en el desabasto de suministros provocado por la guerra entre Ucrania y Rusia también ha impactado en la industria.

“Cuando iba al centro e invertía unos 10,000 pesos, regresaba con dos bolsas muy grandes de diferentes materiales, hoy en día voy y sólo regreso con una, todo ha subido de precio y tiendas que frecuenté mucho tiempo, después de la pandemia no reabrieron. En las telas hay un aumento del 30 al 40%, depende el tipo de tela, si se compra por kilo o por rollo, varía; sin embargo, el aumento sí ha sido considerable”, indicó Cristina.

Un negocio complejo

Cada industria tiene sus peculiaridades, pero la maquila y venta de uniformes escolares tiene unas muy particulares, debido a que sólo tienen tres meses fuertes en el año, que son julio, agosto y septiembre, cuando los alumnos regresan a clases las ventas son muy esporádicas. Otra situación son las pérdidas que se generan debido a los cambios de uniforme que tienen las escuelas y los defectos que pueden salir en las telas.

“Hay escuelas de las que compramos la tela para producir sus uniformes y después de la pandemia cambiaron su uniforme y nos quedamos con muchísimos materiales que ya no podemos distribuir, estamos intentando donarlo porque ya no hay forma de utilizarlo, y también nos hemos encontrado con rollos que a la mitad tienen un defecto que, en lugar de sacar 40 piezas, sólo se sacan 35 y eso también es perdida, es un negocio muy complejo, hay muchas pérdidas”, dijo Cristina.

La pandemia

Cristina recordó que durante la pandemia se tuvieron pocas ventas, entre enero y febrero del 2020 surtieron todo lo que les íbamos a vender, “pero una vez iniciada la pandemia ese material que se quedó, incluso ya habíamos comprado algunas cosas pensando en el siguiente ciclo escolar, pero todo se detuvo”.

Confiaba en que la pandemia fuera pasajera, pero México fue el país que más tardó en regresar a las aulas, con 250 días de suspensión, lo que cambió radicalmente la forma de ver las cosas a nivel personal y dentro del negocio.

Fue una época muy complicada, esto es un negocio familiar y perdimos cosas más importantes que la venta, la pandemia nos quitó a nuestro equipo, perdimos familia y empleados debido al Covid-19, yo misma me enfermé de la presión y el estrés de ver la situación, duramos un año y medio pagando los sueldos, pero al final era insostenible y no veíamos para cuando regresarían los niños a las escuelas”, recordó Cristina.

El regreso fue lento, en ciclo escolar 2021-2022 muchas escuelas no exigieron uniformes debido a la incertidumbre, por lo que las ventas fueron aproximadamente del 30% en comparación a lo que se vendió en 2019, para el 2022 las cosas mejoraron y se vendió el 50%, este año, aunque los materiales se han ido rezagando la industria tiene esperanzas de aumentar las ventas. Texto: Tomado de José Alberto Molina / El Economista / Foto: Internet/ Agencias

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